Su posición es un magnífico mirador del valle del Sarrón, ya que se sitúa a una altura de 750 metros sobre el nivel del mar. Su acceso se realiza mediante la pista que parte desde Torres del Obispo, o siguiendo el PR que sale desde esa misma población.
El nombre de Castarlenas significa castillo de losas, del latín castrum y el íbero lenas. En el año 1078 el rey aragonés Sancho Ramírez concedió a Gombal Ramón un lugar llamado Kaster Lenas para que lo poblara y construyera allí un castillo.
No tenemos más noticias hasta 1300, fecha en que Jaime II de Aragón restauró la baronía de Castro y asignó a Felipe de Castro 33 pueblos entre los que se encontraba Castarlenas. En 1458 el rey Juan II ordenó la ocupación del castillo de Castarlenas mientras no se resolviera un pleito entre su señor, otro Felipe de Castro, y Pedro Larranz. Cuando la baronía de Castro se extinguió, sus derechos pasaron al duque de Medinacelli, quien a mediados del siglo XIX ostentaba el patronato de la iglesia parroquial.
Castarlenas estuvo eclesiásticamente vinculado a Roda de Isábena hasta 1149, año en que pasó a depender de Lérida, para incorporarse a la diócesis de Barbastro en 1571. Formó ayuntamiento en 1834, unido en 1845 al de Barasona y adherido a Graus en la década de 1920.
La despoblación definitiva fue a partir de la década de 1970, ya que casi todo el núcleo urbano y parte del monte de Castarlenas fueron adquiridos por un particular de Barcelona, propiedad que luego pasó a manos de la familia de J. A. Samaranch, ex-presidente del COI.
Su casco urbano, de origen medieval, se encuentra bastante derruido, aunque aún así sus restos indican la importancia que este lugar tuvo ya que generalmente son de buena factura y dimensiones. Las casas que conformaban el núcleo eran Andrés, Barrós, Chacinto, Chaime, Penero, Ribera, Chusepet, Colomina, Cortés, Figuera, Guardia, Rosa, Sarráu, Guarné d'Amat, Maruja, Miquel, Paniello, Pascual, Vidal, Viola y L'Abadía.
La iglesia está dedicada a San Pedro y es una construcción de estilo gótico-renacentista. Es de grandes dimensiones y uno de los mejores ejemplos en la comarca. La portada está muy decorada y posee la típica galería de arcos de medio punto en ladrillo en la parte superior del templo, con un carácter religioso-defensivo.
En un escarpado bajo la iglesia se localizan unos silos para almacenar el aceite, muchos de los cuales están hechos en la Alta Edad Media y han sido utilizados hasta el siglo XX. Las bocas de dos silos tienen unos diámetros entre 38 y 95 cmts. y una profundida de aproximadamente 2 metros. Ahora muchos de ellos están colmatados de tierra. Este conjunto de silos es una buena muestra de las características de este tipo de construcciones y de la utilización que se ha hecho, en algún caso, hasta la época actual.
De aquí procede la prensa de aceite de finales del siglo XIX que preside la plaza de la Compañía en Graus. Una robusta construcción en madera de 10 metros de longitud.
En la casa Vidal, la más importante de todo el conjunto, está la capilla de San Mamés, que era el patrón del lugar. De ella se conservan las pinturas murales que la decoraban y un curioso ojo de buey por el que entraba la luz.
Antes, sus vecinos acudían en romería a la ermita de Santa Ana.
Es un pueblo muy hermoso, de los mas bonitos que he visitado.
ResponderEliminarEnorabuena.
Cristian.
La verdad es que es un vonito pueblo, un lástima que se pierda y más aún que no se pueda entrar a visitarlo. Por cierto, de la capilla de San Mamés poco queda ya.
ResponderEliminarSalud/os